jueves, 9 de agosto de 2012

Manos chiquitas, amor enorme

Hablar de la niñez... qué tema que me acompaña desde hace tantos años...No recuerdo cuándo fue la última vez que haya pasado yo un día, sin hablar de niños.
Gracias a Dios existen los niños, para llenar el mundo de luz, para hacernos recordar la etapa más feliz de nuestras vidas, para creer que todo es posible, para seguir adelante.
Porque cuando un niño sonríe, la vida tiene un sabor más dulce.
Porque cuando un niño sueña, los grandes nos atrevemos a soñar.
Porque cuando un niño escucha un cuento, nos invita a ser parte de su fantasía.
Porque cuando un niño canta, las calles se llenan de música.
Porque cuando un niño llora, todos nos sentimos responsables de sus lágrimas y queremos encontrar la solución.
Si ellos supieran lo importantes que son, para que el mundo siga girando, no se sentirían solos.
Si ellos supieran lo necesarios que son, no desearían crecer.
Si yo pudiera escribir en un diccionario de sinónimos una palabra al lado de FELICIDAD pondría NIÑO. Y si el diccionario fuera mío, agregaría a mano GENARO (el nombre de mi nieto)

Ojalá que este domingo, haya para todos ellos un mundo lleno de globos, de duende y princesas, de autitos y muñecas. Que los grandes que los ignoran reparen en ellos y se dieran cuenta, por una vez, que esa mano chiquita extendida, les está diciendo: "¿Querés venir a jugar"?

Y me acuerdo de esta frase, que tal vez sea muy conocida, pero me parece maravillosa...
"No dejamos de jugar porque nos hacemos grandes... nos hacemos grandes, porque dejamos de jugar"

Gracias por dejarme entrar a esta fiesta

viernes, 3 de agosto de 2012

Niños de ayer y de hoy

Recién leía las novedades sobre la escuelita, y que las cosas que juntamos están cerca de los pequeñines, y además de invadirme la misma emoción que a todas, me puse a pensar qué poco falta para el día del niño.
Como ya se habrán dado cuenta, siempre hablo de niños, porque hace muchísimos años que convivo con ellos, en la vida y en el colegio.
Mis alumnos siempre tuvieron once años, porque siempre fui maestra de sexto, y a veces con dolor compruebo que mis primeros alumnos a esa edad, eran niños, los que tengo desde hace cinco o seis años, son pre-adolescentes... apurados por crecer, alborotados hormonalmente, de fiestas hasta tarde, de salidas con problemas existenciales de "qué me pongo y de qué marca es"
No saben la pena que me da todo esto! No sé cómo explicarles que se queden en la infancia todo el tiempo que puedan, que la vida pega duro en cuanto crecemos un poco, que habrá mucho tiempo para tener novios, pintarse, tomar alcohol, salir a bailar y que, irremediablemente, cuando se sientan adultos tendrán unas ganas irrefrenables de volver a la infancia, cosa que será técnicamente imposible!
Es una lástima que no lo puedan entender ahora, que me miren asombrados con cara de "Ah! vos no entendés nada!". Les digo siempre, que la adolescencia es una bella etapa, totalmente disfrutable si uno la maneja y no se deja manejar por ella, pero es relativamente breve (y cuando no lo es, y sigue eternamente, se parece bastante al ridículo), pero que es allí donde lo que no preocupaba, empieza a preocupar, lo que ni siquiera habíamos tenido en cuenta, empieza a ser un obstáculo...
Mientras tanto, miro a los demás chiquitines de los otros grados, que ya están pensando en la fecha que se viene, nerviosos y expectantes... mientras tanto, sueño y ruego con que cada niño en la Argentina, tenga un regalito, por mínimo que sea... mientras tanto, pienso con qué hacerlo feliz a Genaro y sonrío porque sé que "nuestros" 32 chicos, abrirán una bolsa que les lleva nuestro regalo y el extra de nuestro amor por ellos.
Para terminar, viene a mí esta frase:

Cuando crezca yo quiero ser un niño.
Joseph Heller

Buen fin de semana!