domingo, 25 de agosto de 2013

Mi nuevo amor

Esperé a que el Primerizando, se largara a segundizarse, pero está tardando y yo tengo ganas de escribir. Un nuevo amor acaba de entrar a mi vida: Victorio, mi segundo nieto. Ya contará la madre los pormenores que quiera, yo voy a hablar de lo que fue para mí haber sido abuela por segunda vez.
Fue diferente... muy diferente, y en algún punto lo mismo. El embarazo lo tomé con más filosofía y calma, porque sabía que la que lo llevaba adelante tenía experiencia. El tiempo se me pasó rápido. Alguien me preguntó: "¿Vas a poder querer a este bebé como lo querés a su hermano?" Jamás dudé de que sería igual, y eso que al mayor lo amo más que a mi vida!!
Y me lo dieron en brazos en el hospital y mi corazón estalló como la primera vez: esa ternura, la piel suavecita, los piecitos desnudos, el olor " a nuevo", los ojitos hinchados, los cachetes rellenos, e instantáneamente lo amé, desde ese momento y para siempre.
Han cambiado muchas cosas en mi vida. Esta abuela que recibe a Victorio no es la misma que recibió a su hermanito mayor, pero tengo mucho para darle, fundamentalmente un amor inacabable e incondicional.
Así que acá estoy... orgullosa de mis dos nietos, de su madre, que una vez más me demostró lo madraza que es. Acá estoy esperando que lleguen los dos, aguardando el ruido de la reja de la calle que se abre y entran ahora mis dos príncipes para sentir la inmensa sensación de ser feliz.
Bienvenido a mi vida bebé... gracias Ana por la magia de otro nieto.

(Esperando en la sala de espera la noticia del nacimiento)

















(Sus piecitos. La presentación en sociedad, se la dejo a su mamá)

lunes, 6 de mayo de 2013

Sentate y escribí

Eso me dijo mi hija mayor: "Sentate y escribí todo esto en el blog". Creí que pasados tantos meses, ya no escribiría más por acá. A veces lo lamenté, otras no, porque sentía que no encontraba nada interesante que decir.Pero ahora sí quiero contar, porque me sirve y ojalá que le sirva a alguien más.
Toqué el fondo. Una vez escuché a Dolina decir que no existe el fondo, que cuando uno cree que llegó al fondo, siempre hay otro fondo por debajo de ese, y yo, que a Dolina lo admiro y lo escucho con atención, esta vez no coincido con él... yo llegué al fondo, al último. Quedaban dos caminos: quedarse ahí, esperando no sé qué o impulsarse y tratar de buscar la superficie.
Perdón por la perorata... pero es necesario hacer un poco de historia personal, si alguien quiere enterarse de lo que me llevó a escribir esto. Hace casi 20 años que me odio, pero no que hay cosas que me molestan de mí, hablo de un odio profundo y visceral. Es raro de entender, y para muchos ya sé, raya la locura. No me odiaba a mí en la esencia de lo que soy, odiaba con toda mi alma a la gorda del espejo, que se había apoderado de mí y disfrutaba gozosa de esa situación. Presa, secuestrada, vacía, invadida, así me sentía...
Yo era mi peor enemiga, porque lamentablemente, la gorda del espejo y yo, éramos la misma persona.
Entonces decidí castigarla.... ¿Cómo? Evitando que fuera feliz, o por lo menos, logrando que la felicidad le durara bien poco. Me volví hosca, huraña, malhumorada, arisca. Me encargué de repetir a quien estuviera delante que yo era una ballena, una vaca, un elefante, solo para evitar que lo pensaran y ganarles de mano.Me encargué de ver que a todas las reuniones a las que iba, la gente era feliz, porque era flaca, y podía bailar y mostrarse y entonces había que esconderse y otra vez evitar que si algún momento de felicidad asomaba, se tenía que pasar rápido.
Y llegaba el verano... ¡Ah! El tan odiado verano... tiempo de mostrase si lo hay. La gente va a la pileta, al mar... La gente, no las ballenas, que cuando mucho viven en el mar, pero no toman sol en una reposera en la costa. Y los kilos aumentaban y el odio crecía, y el mal que les hacía a los demás se hacía mayor pero no podía verlo. Yo sufría, los demás sufrían y el tiempo pasaba.
Hubo tiempos de dietas, de anfetaminas, de tratamientos. La de la luna, la disociada, la de la fruta, Scardale, etc. etc y tiempos cortitos de felicidad, porque en mayor o menor medida, todas dieron algún resultado, pero aburren, hartan y otra vez a lo mismo.
El 27 de noviembre toqué fondo. Pasé por una situación que, si me permiten, me voy a reservar porque forma parte de mi intimidad, y algo en mi cabeza se modificó. No tengo mucha más explicación: no es en el estómago, no es por un tiempo y ya está, no es "comer lechuga" y se soluciona. Es cambiar la vida desde la cabeza. Es que el cerebro se sienta en peligro y diga: No te acompaño más en el camino en el que estábamos. Es barajar y dar de nuevo (la última vez que barajamos) Empecé por las harinas y apliqué un pensamiento infantilísimo: "Lo que tiene harina, tiene Raid" ¿Comería algo que sé que está rociado con Raid? No, ni loca! Entonces tiene Raid". Poco queda que no tiene harina. Y así fue, de a una cosa por vez. La comida bajó muchos escalones en mi escala. Dejé de sufrir por las dos cosas: por comer (sabía que me hacía mal) y por no comer (deseaba ser igual que los demás). Cambié mi actitud con la gente, con mi familia, con mi marido, con el entorno en general. Me permito quererme cada día un poco más. Acepto que me halaguen.
Llevo 34 kilos bajados, y estoy a 6 del objetivo. Bajé 7 talles de pantalón y lo más importante: no estoy a dieta, o por lo menos no me siento así. Estoy viviendo diferente.
No es fácil adaptarse al cambio. Voy a comprarme ropa y sigo pidiendo un talle 54 para empezar. Las vendedoras me miran como si las cargara. Me pongo de costado para pasar por pasillos por los que ahora paso de frente y sobra espacio.
Me miro otra vez al espejo.... el primer tiempo con mucho miedo. A veces me levanto a la mañana y me da miedo encontrarme a la gorda del espejo y que riéndose me diga: "¿Te la creíste? Es todo un sueño idiota!"
Si tengo miedo de caer? No, creo que no... porque no estoy a dieta, porque esto no se termina...
¡Uf! Tendría mucho más para decir, pero ya debo estar aburriendo, si es que todavía sigue leyendo alguien.
Perdón a los flacos, que pueden entender pero no comprenderán y a los que pasan o pasaron por esto, ojalá sirva para algo... Otro día sigo.
Gracias por el espacio. Gracias Ana por empujarme a escribir otra vez... Me hizo bien.



















viernes, 21 de septiembre de 2012

Yo también doy recetas!!

Basta... me cansé. Hoy no hablo de la primavera, voy contra la corriente y yo, la gran Kenny (que ni pinta, que ni cocina, que ni cose, que ni nada) voy a darles a todas las reinas del mundo blogger... UNA RECETA! Lamento que para muchas sea imposible por el momento realizarla, pero impriman y guarden para el futuro, yo sé lo que les digo. Es muy fácil:

Receta paso a paso.

1.- Tenga un nieto (Lo lamento, no se consigue en cualquier lado,se lo tiene que regalar la vida)
2. Logre que los padres se vayan de viaje, en lo posible lejos.
3. Ponga cara de " es obvio que se queda en casa no?" (esto es por si acaso quedara alguna duda)
4. Tráigase un bolso de ropa del niño y en su mente imagínela toda roñosa.
5. Dele al niño unos 5.000.000 de besos por día (si no puede sola, pídale ayuda a su familia)
6. Si se pasa en la cantidad, no afecta a la receta
7. Deje que el niño haga lo que quiera, manteniéndolo lejos del peligro.
8. Si en algún momento se le cruza por la cabeza que lo está malcriando demasiado, siéntese un minuto a que se le pase esa sensación.
9. Asegúrese  de que el niño esté disfrutando, y disfrute con él.
10. El resultado de esta receta tiene un nombre: FELICIDAD

Gracias Ana, Gracias Javi, gracias vida!


lunes, 17 de septiembre de 2012

Como el ave Fénix

Reaparezco entre las cenizas. Hace más de un mes que no escribo, y no porque no hayan pasado cosas en mi vida, precisamente. Es que he pasado por todos los estados de ánimo, que se pueden tener. He tenido lástima, angustia, miedo, preocupación, enojo, abatimiento, pero... la vida que muchas veces asusta, pero encuentra una solución para ofrecer, me la dio.
No viene al caso, o tal vez no tenga ganas de relatar todo lo que me ha pasado en este tiempo. Sí tengo claro que quiero retomar este medio, porque me ayuda, me acompaña, me deja decir...
Puedo contar lo que se viene en mi vida, y eso es todo lindo y digno de compartir:
Estoy de vacaciones (toda la semana)
Mi hija va a concretar el viaje de sus sueños, con su amor.
Me quedo con mi nieto (Iupiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii)
Mi hija menor confirma su vocación haciendo sus prácticas docentes y yéndole genial.
Mi hija del medio quiere estudiar, y está enamorada
Mi marido, con su accionar día a día, una vez más me confirma que una de las mejores cosas que hice en la vida es haberlo elegido.
Mis padres viven cerca de mi casa y están contentos con eso, y yo más tranquila.
Tengo un nuevo sobrino nieto ( el sexto)
Mi amiga de la infancia me llama todos los sábados y me vuelve a elegir.
Está por empezar la primavera, que es más linda en Pilar.
Amo mi trabajo.

Por todo esto retomo el blog. Porque atravesé la peor tormenta de mi vida y mi barquito sigue en pie.
Porque en el medio de la tormenta no estuve sola, y encontré gente remando conmigo que nunca pensé que iba a encontrar.

Me voy a tomar mate. 5.000 veces gracias.

jueves, 9 de agosto de 2012

Manos chiquitas, amor enorme

Hablar de la niñez... qué tema que me acompaña desde hace tantos años...No recuerdo cuándo fue la última vez que haya pasado yo un día, sin hablar de niños.
Gracias a Dios existen los niños, para llenar el mundo de luz, para hacernos recordar la etapa más feliz de nuestras vidas, para creer que todo es posible, para seguir adelante.
Porque cuando un niño sonríe, la vida tiene un sabor más dulce.
Porque cuando un niño sueña, los grandes nos atrevemos a soñar.
Porque cuando un niño escucha un cuento, nos invita a ser parte de su fantasía.
Porque cuando un niño canta, las calles se llenan de música.
Porque cuando un niño llora, todos nos sentimos responsables de sus lágrimas y queremos encontrar la solución.
Si ellos supieran lo importantes que son, para que el mundo siga girando, no se sentirían solos.
Si ellos supieran lo necesarios que son, no desearían crecer.
Si yo pudiera escribir en un diccionario de sinónimos una palabra al lado de FELICIDAD pondría NIÑO. Y si el diccionario fuera mío, agregaría a mano GENARO (el nombre de mi nieto)

Ojalá que este domingo, haya para todos ellos un mundo lleno de globos, de duende y princesas, de autitos y muñecas. Que los grandes que los ignoran reparen en ellos y se dieran cuenta, por una vez, que esa mano chiquita extendida, les está diciendo: "¿Querés venir a jugar"?

Y me acuerdo de esta frase, que tal vez sea muy conocida, pero me parece maravillosa...
"No dejamos de jugar porque nos hacemos grandes... nos hacemos grandes, porque dejamos de jugar"

Gracias por dejarme entrar a esta fiesta

viernes, 3 de agosto de 2012

Niños de ayer y de hoy

Recién leía las novedades sobre la escuelita, y que las cosas que juntamos están cerca de los pequeñines, y además de invadirme la misma emoción que a todas, me puse a pensar qué poco falta para el día del niño.
Como ya se habrán dado cuenta, siempre hablo de niños, porque hace muchísimos años que convivo con ellos, en la vida y en el colegio.
Mis alumnos siempre tuvieron once años, porque siempre fui maestra de sexto, y a veces con dolor compruebo que mis primeros alumnos a esa edad, eran niños, los que tengo desde hace cinco o seis años, son pre-adolescentes... apurados por crecer, alborotados hormonalmente, de fiestas hasta tarde, de salidas con problemas existenciales de "qué me pongo y de qué marca es"
No saben la pena que me da todo esto! No sé cómo explicarles que se queden en la infancia todo el tiempo que puedan, que la vida pega duro en cuanto crecemos un poco, que habrá mucho tiempo para tener novios, pintarse, tomar alcohol, salir a bailar y que, irremediablemente, cuando se sientan adultos tendrán unas ganas irrefrenables de volver a la infancia, cosa que será técnicamente imposible!
Es una lástima que no lo puedan entender ahora, que me miren asombrados con cara de "Ah! vos no entendés nada!". Les digo siempre, que la adolescencia es una bella etapa, totalmente disfrutable si uno la maneja y no se deja manejar por ella, pero es relativamente breve (y cuando no lo es, y sigue eternamente, se parece bastante al ridículo), pero que es allí donde lo que no preocupaba, empieza a preocupar, lo que ni siquiera habíamos tenido en cuenta, empieza a ser un obstáculo...
Mientras tanto, miro a los demás chiquitines de los otros grados, que ya están pensando en la fecha que se viene, nerviosos y expectantes... mientras tanto, sueño y ruego con que cada niño en la Argentina, tenga un regalito, por mínimo que sea... mientras tanto, pienso con qué hacerlo feliz a Genaro y sonrío porque sé que "nuestros" 32 chicos, abrirán una bolsa que les lleva nuestro regalo y el extra de nuestro amor por ellos.
Para terminar, viene a mí esta frase:

Cuando crezca yo quiero ser un niño.
Joseph Heller

Buen fin de semana!

miércoles, 25 de julio de 2012

Difícil decisión

Son las ocho de la mañana. Acá estoy, sola en la compu, mis hijas duermen y yo espero que se haga la hora de salir para Luján, a hacer lo más triste que, desde que recuerdo, tuve y tendré que hacer en la vida: tengo que buscar una institución para internar a mi papá con su demencia senil a cuestas.
Dudo en escribir esto. Los que lo lean pensarán que es un tema muy privado, y yo misma pienso si hago bien en decirlo acá, donde la gente se asoma, pero tengo la necesidad de ponerlo en palabras, un poco tal vez, para no estar todo el día hablando de esto con los que quiero y tienen tantas otras cosas de que ocuparse.
Tantas veces uno dice mientras es joven a los padres: "Te voy a llevar al geriátrico si me seguís hinchando con tal cosa", o a los hijos: "Cuando me lleves al geriátrico fijate que tenga parque y me dejen tomar mate" seguido de risas, como que fuera algo que nunca va a pasar. Y cuando pasa...se forma un hueco tan grande en el corazón! Hay tantas cosas para tener en cuenta, traerlos para acá (están en Bahía Blanca), salvar a mi madre de esa locura en la que está metida, convencerla que el hombre del que hace 55 años está enamorada, no está más y que éste que se le parece tanto físicamente, es otro, que no sabe quién es ella, que no conoce el lugar donde está, que busca a su madre por la casa y de pronto se para y dice: "Creo que mi mamá se murió", que quiere ir a trabajar y a jugar al fútbol.
¿Qué voy a buscar a Luján? Mi conciencia sabe y recita de memoria: un lugar limpio, agradable, espacioso, de buen trato, que pueda pagar, que lo atienda bien, que nos dejen ir a visitarlo muchas horas, etc, etc.
¿Qué sueña mi inconsciente? Que aparezca una pastilla mágica que nos lo devuelva, que la ciencia encontrara la solución, que nos llamaran un día y nos dijesen: "No sabemos cómo pasó, pero su papá está bien, llévenlo a casa de nuevo"
Sí, ya sé, es la ley de la vida, hay que tomarlo así, va a ser lo mejor para él y para ella. Juro que todo eso lo entiendo. Pero acá estoy, con el corazón roto por lo que voy a buscar a Luján.
Las que ya lo perdieron, atesoran a su padre en el alma y guardarán los mejores recuerdos, pero a las que lo tienen vivo y plenos de vida les digo: quiéranlos, pasen tiempo con él, mímenlo, escúchenlo,cuéntenles, jueguen, no lo juzguen, disfrútenlo, y así, cuando la vida les pegue el cachetazo, sabrán que él las amó profundamente y ustedes le dieron tiempos de felicidad.
Gracias por esta catarsis.
Es la hora de irme.