Mañana es el cumpleaños de mi yerno. El oficial con libreta de matrimonio y todo, y como no voy a estar en ese día, no puedo dejar de hablar de él por acá. El tema de las suegras y los yernos ha llenado minutos de televisión de cómicos contando chistes donde no hemos salido muy bien paradas, y no sé cuánto de verdad hay en ellos. Mi realidad dista mucho de ser una relación tormentosa, porque si hay algo fácil en la vida es quererlo a Javi.
Porque es imposible no quererlo.Por simple, por bueno, por cariñoso, por espontáneo, por sincero, porque nadie lo definió mejor que mi hija menor: Javi "chorrea" buena persona.
No sé si lo que estoy con él es solamente agradecida por hacer feliz a mi hija, por darme un nieto, por gustarle venir a mi casa, porque no me trata como a su suegra sino como a una amiga o hermana mayor... la realidad es que desde que él llegó a nuestras vidas de la mano de Ana, todo parece sencillo... no hay demasiado lugar para las críticas a nadie, cualquier cosa contiene su entusiasmo, que encima es contagioso. Es tan parecido al suegro en algunas cosas! a veces los miro a los dos y me retrotraigo veinticinco años para atrás.
El otro día, charlando con Mili, mi otra hija, puse en palabras lo que nos pasa con Javi: no es el varón que no tuvimos, es que si hubiésemos tenido un varón, hubiese sido como es él, por eso nos sentimos tan a gusto en su presencia.
Mañana cumple años, y yo sólo le deseo que siga siendo feliz, para que nosotros también lo seamos.
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